MINICRÓNICAS
#Restaurantes
HIRUZTA
HONDARRIBIA (GUIPÚZCOA)
Última visita: Agosto 2018
- C E R R A D O -
Una de las gratas sorpresas del 2018 fue conocer esta restaurante. Tanto la bodega como el restaurante merecen mucho la pena.
La bodega busca los métodos más artesanales para la creación de sus txakolis. Vinos hechos con cariño y cuyo resultado es fantástico. Aprovechen la ocasión y al terminar compren algunas botellas a buenos precios en su tienda.
En cuanto al restaurante, la carta puede parecer que quizás sea algo corta, pero la realidad es que no se necesita mucho más. Presencia de verduras, de productos de temporada aunque los protagonistas principales son las carnes y pescados a la brasa.
Sobresaliente tanto el manejo de la parrilla como los productos que ofrecen. El rodaballo estaba increíble con una salsa casera y donde incluso utilizan txakoli. Nada que envidiar a otros más conocidos.
En cuanto a la chuleta, maravillosa, no quieres que se termine nunca. Procede de las carnicerías del padre del jefe de cocina, Jon Etxebarría.
Nivel altísimo en los postres. Sobresalen tanto el coulant como la original tarta de queso. Imprescindibles.
Al terminar la comida me enteré de que tanto Jon como su segundo pasaron 11 y 8 años respectivamente en Zuberoa aprendiendo del maestro Hilario Arbelaitz, y entonces lo entiendes todo...
Plan de día perfecto: visita a la bodega, aperitivo en su terraza a las faldas del monte Jaizkibel y comida en un sitio fantástico.