MADRID

Última visita: Marzo 2019

Cocinero: Sergi Arola

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Cuando uno tiene un restaurante que funciona, que llena casi a diario y que encima tiene dos estrellas Michelin (además del reconocimiento de crítica y público), idear un cambio de escenario con mudanza a la capital e importante inversión puede sonar complicado, hasta puede que te tachen de loco.

 

Bien, pues justamente es esto lo que en su día hicieron los hermanos Sandoval. En un alarde de ambición, en búsqueda de nuevos retos y, por qué no decirlo, con las tres estrellas en su punto de mira, Coque aterrizó en Madrid de la mejor forma posible. 

 

Se mantiene la esencia ideada en Humanes aunque con algunos cambios como la incorporación de una increíble barra donde tomar cócteles.

 

La comida transcurre por diferentes pases por el bar, la bodega y la cocina, algo que a pesar de haber realizado en varias ocasiones me sigue gustando mucho. Divertidos, originales y con sobresalientes bocados. El pase por la bodega siempre me ha parecido brillante. Además, se puede ver el nuevo horno y cómo funciona una cocina de este nivel dirigida por Mario Sandoval. 

 

Ya sentados en uno de los tres salones, cada uno con una decoración y ambiente completamente distinto, se puede disfrutar de un menú que va de menos a más, terminando con ese emblemático cochinillo del que es imposible no repetir. 

 

Buenos postres, bien ideados para ayudar a terminar el menú. Servicio con esa amabilidad marca de la casa perfectamente dirigida por Juan Diego Sandoval, con jóvenes muy bien cualificados. 

 

La bodega, seleccionada por Rafael Sandoval, es perfecta para encerrarse en ella y beberse alguna de esas maravillosas joyas.

 

Sinceramente, como madrileño me siento muy orgulloso de tener en mi ciudad un restaurante como Coque y estoy convencido de que tarde o temprano la tercera caerá.

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